Las pinturas antifouling convencionales dependen de la lenta liberación al medio marino de compuestos biocidas, es decir, tóxicos, cuya duración es limitada.
La capa exterior de Propspeed consiste en una lámina de silicona ultra resbaladiza, unida física y químicamente al metal, que hace casi imposible el anclaje de los organismos marinos en la superficies tratadas por ser extremadamente resbaladiza.